Si. Lo reconozco. Me gustan bastante The Antlers y me alegro
por ello. Me alegro porque hay veces que me siento anclado en un pasado que parece
que fue mejor. Me resulta difícil desvincularme de esos grupos con los que
crecí y soy demasiado crítico con los nuevos grupos que surgen. El que me guste
una banda surgida en los últimos 10 años me hace tener esperanzas y recordar
que tampoco estoy tan pasado de moda.
Este proyecto de un-hombre-solo (Peter Silberman), que ha
ido creciendo hasta ser un trío estable, tiene el punto justo de melancolía e
intensidad, lo justo de electrónica y electricidad, de experimentación y
efectividad, mezclando lo clásico con lo mas actual. Lejos de cualquier tipo de
comparación con otras bandas (no veo la necesidad de hacerlas aunque haya ríos de
tinta sobre el tema), The Antlers, han conseguido un sonido propio que les
mantiene en ese punto tan agradable en el que puedes hablar de ellos sin
sentirte un bicho raro. Ese momento es que la banda se abre a un público amplio
sin rendirse a las masas. Manteniendo cierta independencia.
De entre sus discos, al menos los que conozco, me quedo con
diferencia con ‘Hospice’ (Frenchkiss, 2009). Aunque ‘In the Attic of the
Universe’ (Fall, 2007), donde se aprecian mas semajanzas con otros artistas contemporáneos,
y Burst Apart (Frenchkiss, 2011) mantengan un nivel bastante alto, el concepto y el lirismo de ‘Hospice’
los deja atrás.
‘Hospice’ es la historia sobre el sufrimiento de una persona
con cáncer, de cómo la enfermedad es capaz de consumir a la persona que la
sufre y a las personas que le rodean. El final de la historia es el único que
podría tener. Con una ambientación, lirismo y melodías que yo calificaría de
sobresalientes desde mi modesta opinión.
Nos quedamos con el sufrimiento pero con la esperanza de que
pronto podamos disfrutar de un nuevo trabajo. Que ya toca.
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