28 oct 2013

Durante el siglo XVII, Aragón, que en aquel entonces dirigía los designios de Nápoles y las dos Sicilias, necesitaba financiación para sus guerras religiosas. Que mejor manera que exprimir a los habitantes de uno de los puertos más importantes del Mediterráneo para conseguir sus objetivos. Si esto no fuera suficiente, una epidemia de peste diezmo a dos tercios de la población. Estos dos factores sumieron a Nápoles en su crisis más importante de la Edad Moderna.


Dice la leyenda, que durante esta negra época, los habitantes de la ciudad a los que acontecían sucesos felices, al tomar un café, dejaban el dinero en la barra para otro. De esta manera, la persona que viniera detrás y no fuera tan afortunada (cosa muy probable en aquellos tiempos), podría disfrutar de un café pagado.

Ahora nos enfrentamos a la que es la peor crisis mundial de nuestro tiempo. Crisis que facilita las acciones solidarias. A lo largo del territorio español se está estableciendo una nueva iniciativa, la ‘Red de cafés pendientes’. Lugares donde disfrutar de un buen café y compartir de forma anónima nuestra felicidad con los que tienen menos suerte. Tan fácil como dejarles el café pagado. Así de poco cuesta ser solidario.


En todo blog llega ese gran momento en que existe una persona que se interesa por lo que escribes y te aporta ideas. Este post es fruto de esa primera persona. Gracias Rossella.

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