Y Malasaña se convierte en TriBall por arte de Magia. Algún personaje 'Cool' poco inspirado intenta exportar la idea anglosajona de denominar barrios por las calles que delimitan su área. Y no es que tenga nada contra esta idea de forma general. Me encanta el SoHo, tanto el de NYC como el de Londres. TriBeCa merece darse un paseo. En DUMBO necesitas tener un nivel de Inglés avanzado para saber que se encuentra 'Down Under the Manhattan Bridge Overpass' y los idiomas me cuestan. Y el NoHo pues ya no se que decirte porque te desorientas y empiezas a embarrenar.
Y es que llamar TriBall a la superficie del Municipio de Madrid que se encuentra "en el triangulo" de la calle Ballesta (por Dios, que alguien me lo explique) tiene un par de pelotas. Incluso, tomandome una licencia, podriamos decir mas concretamente que se queda entre el par y los dos pares.
Para los que no conocen demasiado la historía de Madrid, Manuela Malasaña era una joven bordadora (17) de origen francés que el 2 de Mayo de 1808, día del levantamiento contra la ocupación Napoleónica, perdió la vida defendiendo la posición de la artillería española de la actual Plaza del 2 de Mayo. Este hecho la encumbró como heroína e imagen de la resistencia madrileña contra los franceses y mas adelante dió su nombre al barrio donde perdió la vida. Barrio de lo mas castizo que no merece que lo maltraten de la manera que lo están haciendo.
Y es que la evolución de Malasaña en los últimos 10 años tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Pasear por Malasaña de día, tomar el aperitivo en cualquiera de sus plazas y bares (muchos de ellos con gran solera), perderse por sus calles en busca de tiendas con tendencias reales, es una autentica maravilla. Hay espacio para todo y todos en este barrio. Por contra, la noche poco a poco va perdiendo su vocación independiente. Las hordas de señoronas y señoritos hambrientos del consumismo de la calle Fuencarral (esa calle que evoca a los mercaderes del templo), provoca que, a partir de las 10 de la noche, se convierta en hervidero de mechas y gomina que luchan por comerse una tapa de 'autor' (por decir algo) en la multitud de garitos que han evolucionado del azulejo al 'ladrillo visto'. La oferta nocturna esta mutando del tercio con buena música en antro oscuro al Gin Tonic con mucha hierba en el Lounge. En definitiva, el 'indi' está en plena emigración hacia otros mundos. Se disgrega en diversos locales repartidos por Madrid o, simplemente, intenta encontrar su sitio en Lavapies.
Pero la evolución es algo natural y estar contra ella es estar en contra del progreso. Pero, por favor, no seamos ridículos, no hay moscas con aletas ni leones con trompas. Existe un orden natural de las cosas y Malasaña será siempre Malasaña, todo lo que no sea así es obra de algún Doctor Moreau con infulas trendies.
Me queda que no estoy solo en esto. Todo por la Praxis promueve una iniciativa contra el 'hambre' comercial en Malasaña.
Todo por la Praxis
17 may 2016
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